INOLVIDABLE UN ATARDECER
Una dÁdiva para dos amores.
Irresistible, Inolvidable y perenne
Transición de cielo con
cielo,
Fue el atardecer de aquel día.
Cuando el sublime firmamento,
Discurrió el amor en sus ojos.
Su alma disfruto de noventa
segundos, Únicos, auténticos
e irrepetibles.. ¡Le Pertenecían!.
Quiero decir, nos pertenecían!
Juan
Francisco Patzán Beteta