CALLA cuando
te parezca que alguno se equivoca
si no eres
capaz de hacerle ver su error con razones.
ELOGIA a
cualquiera de tus prójimos cuando le
veas hacer el
bien.
RINDE SERVICIO
siempre que puedas, a tus subordinados.
ESTRECHA LA
MANO cordialmente a quienes
sufren o están
tristes.
HABLA CON
DULZURA a los impacientes y a
los
inoportunos.
SALUDA
AFABLEMENTE a todos los hombres,
y de manera
especial a aquellos que menos
simpáticos te
resulten.
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