Escribir está
lleno de tu
presencia. Tus
mensajes
leídos y no leídos,
tu nombre
realidad de un
sueño, es
brillo en el
mar de cristal.
Tu alegría es cariño
en mis
manos, la fuente
de mis sonrisas.
Deja que mi
mano hable por mí.
Juan francisco
patzán beteta
No hay comentarios:
Publicar un comentario