Jesucristo dijiste: “aprendan de mi
que soy paciente y humilde de corazón”.
Y revelaste el rostro del padre que sabe
esperar y es muy generoso en el perdón.
Te despojaste de tus vestidos de rey. Para
venir y pagar por mi egoísmo, odio,
vanidad y no te pude reconocer..no vi tus
ojos llenos de amor..ojos de hermano y padre.
Padre bueno, das tu amor a pobres y enfermos.
Quien espera al hijo ausente, a la oveja que se
ha ido del redil y regresa por voluntad propia.
Golpeada, derrotada a unos brazos de amor.
Es tu Misericordia porque soy perdonado,
¡por tu AMOR del que tanto hablo!
Juan Francisco
Patzán Beteta
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